domingo, 1 de junio de 2008

Un día en las carreras

Se acerca el verano, y con el buen tiempo se empiezan a organizar actividades al aire libre, un ejemplo fue el día de ayer, último día del mes de mayo de 2008, en el que la Asociación Ecuestre “A crina” de Cedeira decidió organizar un ecuentro cabaleiro en A Capelada, en las inmediaciones del curro donde en cuatro semanas asistiremos a la Rapa das Bestas. Muchos de los asistentes salieron a caballo desde Cedeira, otros por lejanía se trasladaron en remolques particulares y camiones ganaderos, así hicieron vecinos de Cerdido, Ortigueira, Cariño, Moeche, San Sadurniño, etc…No conté a los participantes, pero seguro que pasaban del centenar. Como manda la más importante, con diferencia, de nuestras tradiciones a la llegada a destino se celebró una gran comida para todos los asistentes, así debajo de una carpa comprobamos de nuevo el buen hacer de la gente del Asador Reboredo. Una comida animada a base de churrasco donde el tema de conversación fueron, como no, los caballos y su mundo.

Animada sobremesa



Un mundo con gran tradición en Galicia, pues el caballo desde siempre forma parte de nuestra cultura. No hace falta remontarse más allá de 40 o 50 años (la infancia de mis padres, por ejemplo) para ver que el caballo era un medio de transporte rápido y eficaz, una buena herramienta de trabajo en el día a día del campo. Mis abuelos (y bisiabuelos y más atrás) tenían caballos para trabajar en el monte con el ganado, mi abuela iba a sus recados a Cariño o Cedeira también a caballo, mi madre tenía un pequeño burro que la acompañaba al molino para cargar con los pesos y mi padre siendo aún un niño trabajó plantando los pinos que hoy vemos en A Capelada acompañado de su caballo que cobraba su jornal aparte como cualquier otro trabajador. Fueron personas y caballos a los que les tocaron tiempos duros.
Pero hoy ya no se tienen para trabajar (con alguna excepción), y se suelen aprovechar las sobremesas de estas reuniones para hacer pequeñas competiciones y de paso lucir la montura. Ayer hubo carreras de andadura, trote y galope, en las que los participantes hacían un recorrido cronometrado, ganando el más rápido, con la condición de no tener penalizaciones (como que el caballo se salga del paso). Al final se pasa una tarde entretenida, viendo el espectáculo de las competiciones.

Una auténtica silla ganadera típica gallega. Como tiene que ser


Hasta aquí es la parte bonita, la que me gusta, la que se pone en los panfletos turísticos. Pero hay otra parte nada bonita y que no quiero dejar de mencionar:
Como en cualquier acto en el que se junten cientos de personas hay gente para todo, y aquí no iba a ser menos.
Se puede constatar que hay un importante porcentaje de gente sin el más mínimo civismo, pues a pesar de poder disfrutar de su caballo en un maravilloso paraje natural con distintos tipos de reconocimientos y protecciones medioambientales lo desprecian usándolo de basurero, pues no hay más que ver como quedó el sitio, lleno de paquetes de tabaco, colillas, vasos de plástico, botellas de cerveza, etc, etc… esto se pude arreglar con una cuadrilla de limpieza, pero mejor sería no haberlo ensuciado.
Hay cosas peores: según va avanzando el día se van sumando grados de alcohol al cuerpo, y con esto podemos empezar a ver bochornosos “espectáculos”. Estoy pensando en aquel que armado con una vara empieza a darle golpes con todas sus fuerzas a un caballo, caballo que quizá lleve meses sin salir de la cuadra, sin domar y sin entrenar, y el día de la feria delante de todo el mundo quiere que le obedezca como si fuera teledirigido, supliendo con golpes aquello que no sabe conseguir con paciencia y dedicación, lo realmente bonito del mundo del caballo. O aquel que ante una mala reacción de su caballo en vez de preocuparse de comprobar que le pasaba (tenía una importante herida que sangraba y seguro le dolía a la altura de la cuartilla) le obliga por las bravas y de muy malos modos a correr hasta que con el cansancio no podía ni reaccionar ante el dolor, por lo mismo que el otro, no quedar mal delante de los compañeros. Me dirán que son casos puntuales, que son dos casos entre más de cien caballos, sí, es cierto, pero no es menos cierto que todo esto ocurre bajo la condescendiente mirada, incluso risas, de una importante proporción de los otros asistentes, sin que en ningún caso hubiera nadie para recriminarles tal actitud. Lo cual es vergonzoso y debería hacernos reflexionar.
Estos es responsabilidad individual de cada uno, no es responsabilidad de quien lo organiza (aunque podrían descalificarlos directamente), que ya bastante hace, lo que si está en manos de los organizadores es cambiar la ubicación de las competiciones, pues hacer las carreras sobre un terreno duro como el asfalto (no era el caso de ayer, aunque la gravilla tampoco sea lo adecuado) tiene malas consecuencias sobre los especializados pero delicados miembros de los caballos. Un caballo puede andar al paso sobre el asfalto, puede aguantar el trote un rato sin resentirse, pero nunca se deberían hacer carreras sobre esta superficie (además de por razones de seguridad). Esto es difícil de cambiar, pues recuerdo una feria en que organizaron un circuito en un prado, y todos los competidores se plantaron, obligando a la organización a hacer las carreras en el asfalto.
Sé que con estos comentarios me estoy ganado que algunos se enfaden conmigo, puede que incluso perdiendo potenciales clientes, pero si no lo digo reviento.

1 comentario:

  1. He visto hace un rato la pelicula OCEANOS DE FUEGO ,y ligando su evocacion de caballos salvajes y capelada ,geogle me ha traido aqui.Deseo que aun siga vivo el espiritu que tu blog y las asociaciones que se citan´, funcionando.saludos

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