sábado, 11 de noviembre de 2006

Herida de Guerra


A Capelada luce en su superficie multiples cicatrices, cuando no heridas abiertas, la mayoría fruto de batallas bastante recientes.

Si hace cuarenta años sufrió repoblaciones y transformaciones a pasto de gran parte de su superficie ahora llega la hora de sacar provecho a esas plantaciones. Y vaya si se hace, y sin el menor miramiento: se hacen talas "a lo loco" pensando solo en el rendimiento económico inmediato sin tener en cuenta otras consideraciones ecológicas o paisajísticas. Se hacen pistas por el camino mas recto, rompiendo lo que haya que romper para sacar los troncos de los pinos más rápido, sin importar si se destrozan mámoas o dólmenes, si hay que cortar o cambiar el curso de un río se hace, las carreteras (ya de por sí malas) están en pésimas condiciones por el barro que las invade y por los camiones que las estrujan con un evidente exceso de tonelaje.

Me dirán que es por el progreso y por sacar la riqueza que da el monte, vale , lo explico: Estos pinos se empezaron a plantar hace cuarenta años con medios que hoy tacharíamos de explotación infantil, estuvieron 40 años dando sombra y cobijo a animales que se adptaron al nuevo medio e incluso últimamente llegó a haber un pequeño aprovechamiento de las setas, y ahora que ya estaba el medio más o menos adptado y asentado van y cortan todo, pero todo, sin dejar una sombra, ni avellanos o acebos que hayan salido debajo; ¿Quien lo corta? Empresas madereras, no de la comarca, que ganaron la subasta pública de la madera, cuyo pago se reparten administraciones autonómicas y municipales, dejando pocos euros por el lugar.

La madera, se va lejos, poco se aprovecha por aquí.

40 años perdidos.

Ah claro, y el dinero: pues una parte en repoblar, empresas de fuera, y la otra... pues yo por aquí por A Capelada no la veo.

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